domingo, 22 de noviembre de 2015

NOCHE OSCURA




 En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

 A oscuras, y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

 En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.

 Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

 ¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada:
oh noche que juntaste
Amado con Amada.
Amada en el Amado transformada!

 En mi pecho florido,
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

 El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

 Quedéme, y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

San Juan de la Cruz


Monumento a San Juan de la Cruz - Úbeda
Foto: Ramón Morales

martes, 27 de octubre de 2015

El alma de Fuenteheridos



Fuenteheridos - Sierra de Aracena
Foto. Ramón Morales

   El alma de Fuenteheridos
es latido de una plaza,
es nacimiento de un río
y es doce en punto del agua.

Juan Delgado

miércoles, 21 de octubre de 2015

Tormenta




Un perro ladra en la tormenta
y su aullido me alcanza entre relámpagos
y al son de los postigos en la lluvia

yo sé lo que convoca noche adentro
esa clamante voz en la casona
tal vez deshabitada

dice sumariamente el desconcierto
la soledad sin vueltas
un miedo irracional que no se aviene
a enmudecer en paz

y tanto lo comprendo
a oscuras / sin mi sombra
incrustado en mi pánico
pobre anfitrión sin huéspedes

que me pongo a ladrar en la tormenta.


   Mario Benedetti


Santuario de Aranzazu, Guipúzcoa
Foto: Ramón M.R.


domingo, 11 de octubre de 2015

La Puerta Azul

Puerta de una casa de Linares de la Sierra, Aracena
Fto: Ramón Morales Reyes


No todo serán sombras en la noche,
y no adornes tu adiós con celosía
ni cubras de azul-mar la melodía

de tu voz, tu sonrisa y tu reproche.

Nada me duele más que tu insensible
manera de cerrar la puerta, vete,
te presto dignidad para la huida
.

A pesar del dolor será posible
volver a ver el mar sin que me inquiete
que robaras azules de mi vida.



Antonio Pastor Gaitero

Setenta Balcones y Ninguna Flor




Balconada de la Plaza Mayor de Salamanca
Fto: Ramón Morales Reyes


Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor.
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza agobia,
¡Dan una tristeza los negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta bobo de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín?
¿En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá una clave...

¡Setenta balcones y ninguna flor!

Baldomero Fernández Moreno

domingo, 9 de agosto de 2015

Piedra Nativa





La luz devasta las alturas
Manadas de imperios en derrota
El ojo retrocede cercado de reflejos


Países vastos como el insomnio
Pedregales de hueso

Otoño sin confines
alza la sed sus invisibles surtidores
Un último pirú predica en el desierto

cierra los ojos y oye cantar la luz:
El mediodía anida en tu tímpano

Cierra los ojos y ábrelos:
No hay nadie ni siquiera tú mismo
Lo que no es piedra es luz.



Octavio Paz




Castillo de Aracena
Foto: Ramón Morales Reyes








domingo, 3 de mayo de 2015

Instrucciones para cantar



Empiece por romper los espejos de su casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared, olvídese. Cante una sola nota, escuche por dentro. Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas semidesnudas en cuclillas, creo que estará bien encaminado, y lo mismo si oye un río por donde bajan barcas pintadas de amarillo y negro, si oye un sabor de pan un tacto de dedos, una sombra de caballo.
Después compre solfeos y un frac, y por favor no cante por la nariz y deje en paz a Schumann.


Julio Cortázar


Foto: Ramón Morales Reyes


sábado, 17 de enero de 2015

MI ESQUIZOFRENIA



Mi esquizofrenia va de mal en peor: mi segunda personalidad dice que, como no se lleva bien con la primera, se aliará con la tercera para mitigar su soledad. La primera, entretanto, alega que, por más esfuerzos que hace, no logra congeniar con la segunda, razón por la cual formará alianza con la cuarta, habida cuenta de que si la tercera se lleva bien con la segunda, es imposible que se lleve bien con ella. Afortunadamente, me he podido mantener al margen de esta absurda disputa y no he sido involucrado en lo que, a todas luces, es una malsana maraña de incomprensiones.


Armando José Sequera


Foto: Ramón Morales Reyes

miércoles, 14 de enero de 2015

CAMINOS


 De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.

  El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza

  Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.

  Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.

  El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.

  Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!



Antonio Machado



Foto: Ramón Morales Reyes

domingo, 11 de enero de 2015

NO TE SALVES



No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
                no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
            pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
                    entonces
no te quedes conmigo.


Mario Benedetti


Foto: Ramón Morales Reyes

martes, 6 de enero de 2015

CONVENTO EN RUINAS



El viejo monasterio abandonado
se pudre de vejez en la colina,
muda la torre, el coro derrumbado,
y todo el claustro amenazando ruina.

Seca la fuente, el huerto se ha secado;
en sus silencios ni un jilguero trina...
Tan sólo por las piedras del cercado
rastrera hiedra en verdecer se obstina.

Susurra el viento fúnebres querellas
por los patios ruinosos y desiertos...
Y, ajena a mundanales intereses,

parece que a la luz de las estrellas
está rezando, por los monjes muertos,
la gris Comunidad de los Cipreses.


Francisco Villaespesa


Foto: Ramón Morales Reyes

domingo, 4 de enero de 2015

ANTI GRAVEDAD




El ascensor cayó embalado hacia arriba y pudo entonces contemplar su propia muerte desde el cielo.

Manuel Pastrana Lozano




Foto: Ramón Morales Reyes

viernes, 2 de enero de 2015

LA ESTRELLA AMARILLA




cada cual es el rey y es el camello.
JOSEPH BRODSKY
En mi infancia, 
solíamos construir 
nuestros juguetes 
con nuestras propias manos.


Con las chapas de las botellas, 
plastilina, cristal y ciclistas de papel, 
fabricábamos bicicletas 
que COMPETÍAN por carreteras de tiza.


Con los palos de las escobas, 
clavos, gomas y pinzas de la ropa, 
fabricábamos escopetas 
que DISPARABAN horquillas de acero.


En mi infancia, repito, 
solíamos construir 
nuestros juguetes 
con nuestras propias manos.


Quizá entonces ya intuíamos 
lo que años más tarde 
nos confirmaría la realidad:

Los reyes magos no existen.
Pero tampoco son los padres. 

David González


Foto: Ramón Morales Reyes