viernes, 2 de enero de 2015

LA ESTRELLA AMARILLA




cada cual es el rey y es el camello.
JOSEPH BRODSKY
En mi infancia, 
solíamos construir 
nuestros juguetes 
con nuestras propias manos.


Con las chapas de las botellas, 
plastilina, cristal y ciclistas de papel, 
fabricábamos bicicletas 
que COMPETÍAN por carreteras de tiza.


Con los palos de las escobas, 
clavos, gomas y pinzas de la ropa, 
fabricábamos escopetas 
que DISPARABAN horquillas de acero.


En mi infancia, repito, 
solíamos construir 
nuestros juguetes 
con nuestras propias manos.


Quizá entonces ya intuíamos 
lo que años más tarde 
nos confirmaría la realidad:

Los reyes magos no existen.
Pero tampoco son los padres. 

David González


Foto: Ramón Morales Reyes

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